27 febrero 2006

¿De qué va esto?

Pues muy sencillo. Mi infancia fue una fuente de alegría infinita para mí. El destino quiso que mi imaginación me llevara por caminos maravillosos casi todos los días. En el fondo de mi corazón fui muchísimas cosas.
En mi infancia fui:

  • Inventor (de los de verdad. Los que construyen naves espaciales, robots y máquinas del tiempo)
  • Astronauta
  • Científico
  • Mago
  • Autoridad suprema del mundo
  • Viajero del tiempo
  • Filósofo
  • Monje tibetano, con tercer ojo, viajes astrales y todo
  • Sumo pontífice (vamos, el mismísimo Papa de Roma)

No sé si mi infancia fue muy extraña, o totalmente normal. Lo que sí sé es que fue extremadamente dulce.
Me gustaría que esa felicidad, que esa belleza, que ese sueño continuo del que incluso ahora no he acabado de despertar tenga una oportunidad de contagiar a los demás.
Que crezca y nos haga sonreir, en lugar de desvanecerse en amarga ceniza.

26 febrero 2006

Mi yo digital



Este es mi yo digital: Una ranita Coquí deconstruida.